Un volcán es una montaña formada por la acumulación de materiales provenientes del interior de la Tierra.
La formación de un volcán comienza con la acumulación de magma en una cámara subterránea.
La presión del magma en la cámara subterránea provoca la ruptura de la corteza terrestre, dando origen a una erupción volcánica.
El magma se abre paso a través de la corteza terrestre, creando grietas por donde fluyen hacia la superficie.
Una vez en la superficie, el magma se enfría y solidifica, formando la estructura de la montaña volcánica.
La actividad volcánica puede liberar gases, cenizas y lava, generando paisajes únicos y peligrosos.
La erupción de un volcán puede ser explosiva o efusiva, dependiendo de las características del magma y la presión acumulada.
Los volcanes pueden estar activos, inactivos o extintos, dependiendo de su historia eruptiva.